viernes, 9 de febrero de 2018

El cultivo de las virtudes

Cuando practicamos los ásana (las posturas físicas que repercuten en los cuerpos físico, mental-emocional y energético), no siempre nuestra disposición mental se enfoca en el cultivo de emociones respetuosas, compasivas y virtuosas. La práctica del yoga, no puede ni debe limitarse a la práctica de ásana , ni esperar que de ella surgan las virtudes anteriormente citadas. Cuando sales de la clase, con tu cuerpo vigoroso pero relajado, la mente mucho más serena y como si vieras todo con mayor claridad y consciencia, es entonces cuando comienza el verdadero trabajo yóguico. Ásana , junto con el resto de trabajo respiratorio y meditacional que has realizado, te dispone para que puedas en tu vida cotidiana, materializar el yoga como tal. No deberías perderte ni distraerte con pensamientos de odio, rencor, indiferencia, etc... Los budistas enseñan a través de diversas meditaciones lo que llaman Brahmavihara, Las cuatro moradas sublimes o pensamientos inconmensurables. Estos son:

1. Mettá: amor incondicional y benevolencia.
2. Karuna: Compasión incondicional, empatía.
3. Uppekkha: Ecuanimidad inconmensurable.
4. Mudita: Alegría por el logro del bien ajeno.


Si bien es importante e interesante tener la ocasión de meditar sobre estar virtudes, también podemos cultivarlas en nuestro día a día, si ponemos atención en nuestros pensamientos. No como un policía, sino como un observador ávido por dar con las triquiñuelas del ego, las excusas, la envidia, de la complacencia y condescendencia de nuestros pensamientos y acciones. Y como si se trataran de ingredientes de un plato suculento, aderezar nuestra vida de estos sublimes e inconmensurables pensamientos.



*Para más información sobre asana o los yoga sutra de Patanjali, puedes leer el artículo Sobre los ocho brazos del yoga publicado en éste mismo blog.


No hay comentarios:

Publicar un comentario