Cada día, soy más consciente de la certeza que hay en la afirmación de Einstein: "Dios no juega a los dados". No existe lo azaroso, todo tiene unas reglas internas que sólo en algunos casos la ciencia y la razón a través de la mente humana puede descubrir y racionalizar, convertir en teoría, experimentar y demostrar, pero si vamos más allá de la mente limitada, a través de la milenaria herramienta que es la meditación como medio (ni mucho menos el único) de autorrealización, para desarrollar nuestra intuición, conectarnos con nuestro Yo Superior, Dios (y no seamos limitados: D-I-OS, es mucho más que una palabra de cuatro letras, pero cada uno lo llama y expresa desde su propia sensibilidad y experiencia), nos damos cuenta de que el curso de nuestra vida está dominado por una fuerza-conciencia que está más allá de nuestra voluntad, e incluso de nuestras acciones. Cierto es que nuestras acciones tienen una reacción (ley kármica), pero incluso así, hay elementos que se nos e
scapan... Juzgamos, y opinamos compulsivamente desde nuestra mente limitada los acontecimientos de nuestra vida: "esto es justo, esto injusto", "no debería ser así", etc... en definitiva lo que consideramos bueno o malo, lo que nos gusta y disgusta... Dualizamos las cosas por que es lo más sencillo para mente. De manera que aquello que no concuerda con las leyes o reglas que estipula nuestra razón, entra en lo azaroso. Hacemos de nuestra ignorancia (nuestra limitación como seres materiales) un estandarte de sabiduría. ¿Pero qué sabemos nosotros realmente de lo que es conveniente en nuestras vidas?

¿Cómo podemos comprender el funcionamiento del Universo, y
entender la afirmación de Einstein? Swami Sivananda, uno de los grandes yoguis del s. XX decía lo siguiente: "La piedra yace, la planta respira, el animal se mueve, el hombre piensa y el sabio intuye". De nuevo "la intuición" como base para el siguiente escalón del desarrollo humano. Con la intuición no hay preguntas que formular, sólo se obtienen respuestas, certezas. Empiezas a "dejar hacer" al Universo y te sorprendes de "su" inteligencia. Te abandonas y confías. Eso no significa que "no hagas nada", significa que ya no impones tus limitaciones (tu mente) a tu vida, que ya no "interpretas" todo según tus condicionamientos y prisiones interiores, que observas la vida "tal cual es", "tal cual ocurre" e intervienes desde la sabiduría, desde la intuición, esa es la verdadera libertad.


¿Cómo puedes saber que "eso" que te parece mal en tu vida, que te contraría, no es un camino para algo mejor que vendrá después? Aprovecha las dificultades como una enseñanza, no las juzques, no te enfades (se que es difícil, pero intenta actuar desde más allá del Ego), no desperdicies energía innecesariamente; "Consume la misma energía ser radiante, ser divino, ser digno, ser santo, ser saludable y ser feliz, como la consume ser negativo y estar deprimido", decía Yogi Bhajan. Observa el Aquí y Ahora y comprenderás el magnífico puzzle que se construye bajo tus pies.
SAT NAM